11 octubre 2020

En la cama

En la cama

En la cama se viven los momentos más tranquilos y salvajes de la vida, es una dualidad donde el protagonismo puede ser del soñador o los acompañantes.

Un espacio reducido en un lugar secreto, no a cualquiera se le permite entrar a casa, no cualquiera entra al cuarto, pocos se sientan sobre la colcha y no todos llegan a tocar las sábanas.

Ella es la única que nos espera al terminar el día, con las extremidades expuestas, espera a que volvamos; la dejamos confortarnos, nos abraza con sus suaves mantas y espera que descansemos para comenzar otra aventura en nuestros sueños. Tan considerada es que nos permite crear cualquier escenario para ser feliz, por lo menos durante ocho horas. Imaginar casi nunca es nuestro trabajo, solo debemos entregarle nuestros pesares y dejarnos llevar, la cama se encarga del resto.

Cuando necesitamos un poco más de intensidad, la cama alquila sus espacios para poder entrar con acompañantes. Este alquiler incluye, suavidad, un espacio libre de prejuicios y absorción de nuestro placer. Su sello es la confianza, guardar nuestros secretos íntimos entre sus sábanas y la complicidad que tiene con las paredes para que dejen de ser tan parlanchinas.

La cama arropa el calor de nuestros cuerpos y fantasías, quien acompañada con la almohada están dispuestas a vernos renacer cada mañana y detener nuestra muerte cada noche.

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