Todos mis amores los repetí pensando en ti
Buscaba tu sonrisa y tus ojos color verde, producidos por el reflejo de tu camisa favorita. Desde ese día me saboreo todos los limones, igual de agrios que tu carácter y tu manera de decir adiós. Fuimos grandes amigos, los mejores amigos, buenos confidentes, la mejor porra desde el inicio de nuestros grandes pasos.
Pero yo crecí y empecé a volar, tu eras más fuerte, más alto y no lograste despegar. Las hormonas prefirieron notar los errores, mis pocas virtudes en áreas que yo solía descuidar. Te enamoraste y rompiste corazones, mi mente estaba en otro lugar y yo prefería ser tu amiga y tenerte cerca en cada logro. Porque después de cada victoria estaban tus abrazos al final de la meta, tus halagos cuando mirabas lo que colgaba de mi cuello y las rosas cada cumpleaños.
Siempre te recuerdo como si hubieras estado tanto tiempo, muchos años, sacando cuentas solo fueron dos navidades. Tu despedida llena de falsas esperanzas a mi persona: “jamás serás”, amigo yo ya era. Me enoje con todos menos contigo, baje del carro antes de llegar a casa. A partir de ti, todos mis amores los repetí pensando en ti.
Crecimos, confesaré que te busque en donde me decías que estabas, en cada pista, en cada patín, en cada trago. No volvimos a coincidir aunque lo planeamos. Otros amores tocaron a nuestra puerta, tú me advertiste muy bien, pero ahora es demasiado tarde, porque todos mis amores los repetí pensando en ti.
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