Carta de presentación
Compartimos una noche, no existían planes, solo dejarnos fluir. Contigo más cosas han sido extrañas, alguna vez te soñé, jamás pensé que te tendría a un lado. El día que te conocí estaba muy nerviosa que ni siquiera pude hablarte. Me puse tan ebria que me avergoncé de mi carta de presentación. Descuida cariño, no me puse tan mal por estar nerviosa.
La tecnología ha resuelto muchas cosas, comenzamos a hablar, pero cada vez que coincidimos esa sensación de incomodidad vuelve a mí. Ha sido difícil mirarte a los ojos, tener contacto visual por mucho tiempo me es imposible. Estoy nerviosa, no tengo tema de conversación y solo tengo ganas de salir corriendo.
No pasó mucho para conocernos más allá de los textos y las palabras. Ese día me arrepentí, cuando te pusiste frente a mi supe que era vulnerable. Un beso basto para conocer nuestra piel, al terminar nos asombramos de nuestras hazañas.
Los siguientes días comprendí que esos malestares eran signo de atracción. ¿Cómo puede atraerme un completo desconocido?, entonces encontré tu truco y decidí callar, a eso nos dedicamos ¿no?. No estoy muy segura de que realmente me escuchas.
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