Despedida, despido 

¡Maldito año nuevo!, me botaron del trabajo, por estar mirando para abajo siempre cabizbajo. No los culpo, necesitaban a alguien siempre alegre y con una sonrisa permanente, con esta tragedia sobre mis hombros me era incapaz de mirar a los ojos.

Pensé que ya estaba mejor, me perdí unos días haciéndome pasar por enfermo, conectando las fechas con año nuevo, mientras encontraba las fuerzas para volver a mí “intento de productividad”. Me gustaba ese trabajo, conectó con la gente entre miradas, sonrisas y apretones de manos, solo que ahora soy ajeno de sentir algo que pueda conectar con esas personas, el dolor y la tristeza no se expresan en público, lo sé. 

Quizás me hicieron un favor al darme las gracias, lo digo por el trabajo, por ella y por mí. Como esa vez en 5to de primaria cuando me expulsaron del cole por el pequeño accidente de no poder decir: can I go to the bathroom?, fue tanta la vergüenza que todos decidieron decirme adiós, el direc, la teacher y mi madre. Cambiarme de escuela fue la mejor solución, ser el nuevo parecía difícil pero era más difícil quedarme en el cole con la humillación de tener mis pantalones mojados. En la nueva escuela dije que me expulsaron pero jamás di explicaciones del por qué, como ella que se fue sin decirme el por qué...

Según ya tenía todo el trabajo, la novia y una vida respetable, quizás realmente no tenía nada, bueno ahora me quedo sin nada, sin trabajo, sin novia y de mí, querer hacer respetable lo que me queda vida.

Sara Cancino